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Channel: Carnaval – Sabores de Bolivia
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Aloja Tarijeña

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Este refresco tipico del departamento de Tarija, se acostumbra servir durante los dias de Carnaval.

Para unos 50 vasos necesitamos

  • 11 litros de agua
  • 1 libra de cebada
  • ¼ libra de maíz Amarillo
  • 5 rodajas de kisa de membrillo (membrillo seco)
  • 10 clavos de olor
  • Azúcar a gusto

Preparación

  1. Retostamos la cebado en una olla de barro o un sartén limpio hasta que adquiera un color tostado oscuro. Igualmente retostamos el maíz. Mientras tanto ponemos en una olla el agua a hervir con las rodajas secas de membrillo (llamadas también “cachas”) y el clavo de olor, añadimos los cereales de golpe, dando una ligera vuelta al preparado con una cuchara de palo. Continuamos la cocción hasta que la cebada y el maíz revienten.
  2. Dejamos enfriar y lo pasamos por una coladera o tamiz y agregamos azúcar a gusto.
  3. Envasamos en botellas esterilizadas, colocando 2 clavos de olor en cada frasco, tapamos con corchos nuevos y dejamos en un lugar fresco hasta que madure “fermente”. Se sabe que la aloja esta lista cuando aparecen pequeñas burbujas blancas. Se guarda este frasco, si no se utiliza de inmediato, colocando las botellas en forma horizontal (igual que el vino).
  4. Para preparar los membrillos se cortan estos frutos en argollas y se ensartan en un hilo; se dejan al sol (K’ISAY), por unos dos días hasta que sequen. Para guardarlos se colocan en frascos limpios y de boca ancha.

Tomado del libro

 Cocina Tradicional Boliviana, pag 137

Romero de Velasco, Emilia  –  Gutentag de Muzevich, Carola

Editorial Amigos del Libro   –   La Paz. Bolivia. 1988


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Carnaval Paceño

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El carnaval paceño comienza con el Corso Infantil que se festeja el día sábado de Carnaval, en el que niños e infantes desfilan por El Prado, luciendo diversos tipos de disfraces típicos y modernos.

La Farándula y entrada de pepinos se realiza día domingo de Carnaval, la misma que empieza su recorrido en la Av. Montes, pasando por la Pérez Velasco y terminado en la Av. Camacho, en cuyo recorrido participan pepinos (personajes bufos) que van bailando en comparsas y haciendo travesuras a su paso por las calles. También participan comparsas con diversos tipos de disfraces como los Chutas o Aljeris, danza carnavalesca que se ejecuta en parejas con atuendos típicos al son de huayños. En este corso prima el juego con agua, espuma, harina y mixtura.

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Chutas y pepinos de La Paz.

El día lunes se realiza la entrada del Jiska Anata(Entrada Folklórica del Carnaval paceño) que antiguamente era una de las fiestas mas importantes del mundo andino, donde cada tiempo del proceso productivo en el ciclo agrícola aymará estaba bien marcado por un conjunto de ritos y celebraciones festivas.

El Jiska Anata del carnaval paceño consiste en la entrada de conjuntos y danzas folklóricas como los morenos, caporales, tobas, kusillos y saya afroboliviana, cuyo recorrido empieza en la Av. Montes finalizando en Av. Camacho.

El día martes de Carnaval, se procede a la tradicional Challa en todas las zonas de La Paz, tradición andina que consiste en bendecir mediante la ceremonia de la Challa los bienes como casas, vehículos, negocios, etc. De origen Aymara y campesino, esta tradición con la que se paga favores a la madre tierra saltó a la urbe en los años 30 y 40.

Un domingo después, en la tradición del Carnaval Paceño, se festeja elDomingo de Tentación. Con una retreta en la plaza Murillo y la ceremonia del Entierro del Pepino, a la que se sumará la entrada de Chutas.

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Entierro del pepino en La Paz.(foto:turismolapaz360.com)

El programa se inicia a las 11.00 de la mañana en la plaza Murillo, con la retreta de carnaval, en la que participan el movimiento cultural Los Olvidados.

Concluida la retreta, el sector femenino de Los Olvidados, en el que también estarán las viudas, cargará el ataúd con el Pepino rumbo al Cementerio General pasando por la tradicional calle Comercio, en una muestra de que el Carnaval paceño ha llegado a su fin.

Una comitiva conformada por más de 20.000 chutas lo esperará a las 13.00 en la plaza Garita de Lima, donde se realiza la concentración del Chuquiago Anata. Esta entrada hará su paso por la avenida Baptista, y finalizará en la cancha de El Tejar.

Cuando venga al carnaval en Bolivia no se olvide del carnaval paceño.

Fuente: turismolapaz360.com


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Bolivia suspende sus conflictos para celebrar el carnaval

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La Paz 

Un minero sujeta a una llama durante un ritual carnavalesco en Oruro. / G. B. (REUTERS)

La mayor parte de los bolivianos abre un paréntesis en las expresiones de protesta callejera y bloqueos y en su diaria actividad a fin de dar paso a la celebración del Carnaval entre el viernes y el martes próximo.

El Carnaval, que se entremezcla con la fiesta indígena de Anata de agradecimiento a la Madre Tierra por la producción agrícola, se ha convertido en una de las mayores expresiones de la cultura boliviana, tanto por el derroche de alegría, bailes y libaciones, como por el tiempo que el boliviano se da para agasajar y reunirse con la familia y los amigos.

El gran desfile de bailarines lujosamente ataviados con atuendos bordados en oro y plata domina las actividades del sábado en la “entrada de Carnaval” en la ciudad altiplánica de Oruro, anfitriona este 2014 de alrededor de medio millón de visitantes, que casi triplican su población, de acuerdo a las cifras del ministerio de Culturas y Turismo.

El de Oruro es un carnaval que está enraizado en la fe religiosa, una vez que todos quienes participan en la “entrada” –que tiene un recorrido de varios kilómetros- hacen una promesa a la virgen del Socavón, o Candelaria, a cambio de peticiones.

El carnaval se ha convertido en una de las mayores expresiones de la cultura boliviana

Los “morenos”, que recuerdan a los esclavos negros traídos durante la colonia, llevan trajes bordados con hilos de oro y plata que pesan unos 50 kilos y su paso lento rememora el caminar cansado al son de una matraca.

Los “diablos” forman parte de fraternidades con centenares de miembros que despliegan una impresionante coreografía pese a que llevan caretas con una enorme ornamenta y son liderados por un ángel, que es quién triunfa en una simbólica lucha del bien contra el mal, la dualidad en la visión andina.

Por eso, los devotos bailan ante la Virgen –vista también como Madre Tierra- vestidos de “diablos” para aplacar las iras del “Tío” o el dueño de las profundidades oscuras del mal y de los minerales. Algunos estudiosos vinculan la esencia de estas expresiones con otras similares que se daban en Tarragona.

Los “caporales” y la “saya” son bailes de raíz africana que conquistaron a los jóvenes bolivianos, que hacen gala de gran energía en el baile que demanda figuras en el aire, entre los varones, y un incesante mover de polleras, mini polleras, entre las mujeres.

En la región oriental de Bolivia, Santa Cruz de la Sierra es el centro de un Carnaval muy parecido al brasileño

Proveniente del área rural llegan también conjuntos que desarrollan bailes como el del “tinku”, un encuentro entre contrarios del norte de Potosís, las kullawadas aimara, los chutas de La Paz y una larga lista de expresiones folclóricas pasará ante cientos de miles de personas apostadas en graderías hechizas, a lo largo de varias horas.

La presidenta de la Asociación de agentes de Turismo, Lourdes Omoye, ha asegurado que los ingresos durante el fin de semana en Oruro se calculan en unos 23 millones de dólares.

En la región oriental de Bolivia, Santa Cruz de la Sierra es el centro de un Carnaval muy parecido al brasileño, con desfile de reinas en carrozas que semejan los escenarios más diversos que uno pueda imaginar y seguido de exultantes comparsas de incansables bailarines.

El martes de “ch’alla” es otro día de gran importancia para la cultura andina pues es el homenaje a la Pachamama (Madre Tierra) y la dedicación de todo bien que pueda tener una persona. Las ofrendas –a fin de gozar de la protección de esta deidad- incluyen incienso, koa, hojas de coca, tierras de color, fetos de camélidos u ovinos, pétalos de flores, lanas de color, amuletos, todo regado a discreción con alcohol y dispuesto en un brasero.

Las autoridades nacionales, regionales y municipales han dispuesto limitaciones al exceso de consumo de bebidas alcohólicas, característico de los carnavales en Bolivia.

En el nororiente boliviano no se percibe la llegada del carnaval. Las autoridades y los vecinos coincidieron en dejar para más adelante el festejo. Miles de ciudadanos intentarán este largo fin de semana rescatar del agua parte de sus bienes y de sus animales, además de buscar un refugio mientras los ríos vuelvan a su cauce y la tierra comience a secar. La siguiente fase es la de prevenir males como los ocasionados por picaduras de insectos, infecciones respiratorias agudas y enfermedades gastrointestinales.

 


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Ch’alla de Martes de Carnaval

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Les comparto este articulo muy descriptivo del rito de la Ch’alla del martes Carnaval, publicado en el Periódico La Razón.

La ch’alla debe ser dulce, ruidosa, colorida y abundante
(La Paz – La Razón)

Este rito prehispánico, propio de la Anata o tiempo de abundancia de la cosecha, representa el acto de devolución que hace la persona a la Pachamama por los bienes recibidos. Hoy se practica en el campo y las ciudades.

“Llevate caserita cositas para ch’allarte, para que le agradezcas a la Pachamama”, grita Nilda Fernández a todo aquel que pasa por la calle Illampu, al oeste de La Paz. Aquí, cada año se vende variedad de productos para cumplir con el tradicional rito de martes de Carnaval.
La palabra ch’allar significa en aymara “rociar”. Es la acción humana de echar o regar, sobre la tierra o bienes materiales, elementos simbólicos como un gesto de retribución y gratitud hacia la madre Tierra (Pachamama).
Este ritual andino de origen rural tiene orígenes prehispánicos. Es una forma de relacionamiento social entre el Jache —la persona— y la Pacha, la madre Tierra. Ella es parte fundamental de las creencias del mundo andino, donde todas las cosas tienen vida y por lo tanto el ser humano debe mantener un fuerte contacto con ella.
La ch’alla es una tradición que del área rural pasó a la urbana andina y de allí a todo el país, gracias a las migraciones.

Mesa dulce o blanca • Lleva pastillas
Hay que quemar todo • La mesa se quema antes de ch’allar la casa. Puede ser el lunes por la noche o temprano el martes de Carnaval. Antes de ponerla al fuego se debe abrir la nuez; si está blanca se la ch’alla con alcohol y vino; si está negra se la ch’alla con cerveza.dulces de diferentes formas (luna, estrella, etc.) y confites. Atrae suerte y dinero. Una figura grande representa la casa, hay vegetales como la alpinica, bolabola, wirakoa, nuez, un feto de llama y vino indio para calmar la sed de la Tierra.

Leer la suerte • La ceniza que queda, si es blanca significa buena suerte para todo el año y se la debe guardar en una esquina de la casa, debajo de
la tierra o en una maceta. Si es negra se la tiene que botar a la basura para que la mala suerte no afecte a la familia.

Lo que se necesita para una ch’alla completa que complazca a la Pachamama

La Anata en el campo y el Carnaval citadino comparten tradiciones como esta de la ch’alla. El rito nacido en el campo llegó a las ciudades y de éstas retornaron costumbres en un diálogo enriquecedor. Por eso, en la ciudad se busca el vino de indio y en el campo se usan cohetillos. Milton Eyzaguirre explica los significados de cada elemento.
Serpentinas
Es un elemento decorativo que de la ciudad llegó también al campo. Se usa para más volumen a las cosas que se ch’alla. Se usa el lunes y martes de la Jiska y la Jacha Anata.

Pétalos multicolores
En la ciudad nació la costumbre de usar mixtura. Pero, se dice que trae mala suerte, pues el viento se la lleva. Es mejor usar pétalos: se rodea la casa
y se ponen en las esquinas.

Flores
Además de usar pétalos de hortensia, pompones y retamas, se aconseja colocar retama en un florero. Es de buen augurio y elimina los elementos negativos de la casa.

Confites
Los pequeños de colores alimentan a la Pachamama, pues ésta necesita elementos dulces. Se echan en la tierra y en el tejado de la casa.

Cereales
Habas, quinua, arvejas, choclo, nueces, lentejas y trigo se riegan para que se multipliquen el dinero y la comida. Dorados y plateados son ya innovaciones. En el sur del país se usa la haba seca.

Banderines
Sirven para que la casa y las movilidades tengan una vestimenta multicolor. Antes se hacían de papel
de seda, hoy son de nylon. Es probable que llegaran de México, donde los filipinos dejaron su arte.

Cohetillos

Costumbre occidental ya arraigada. En el campo sirven para llamar a la gente a unirse a la ch’alla. El ruido despide a los muertos que desde el Día de Difuntos están en el Manka Pacha.

Globos

Los grandes sirven para las cuatro esquinas del tejado y los delgados y largos son el adorno del resto de la casa. En el campo se enflora a los animales, pues el colorido es parte de la abundancia.

Vino
Calma la sed de la Pachamama. Unos dicen que tiene que ser de uva pura sin ninguna mezcla. Otros hablan del vino de indio que es un preparado de tintes y no se toma. No tiene alcohol.

Alcohol
Se usa al final de la ch’alla, cuando la Pachamama recibió las muestras de agradecimiento. Se echa en las cuatro esquinas invitando a beber a la Madre Tierra y pidiendo permiso para el festejo posterior.

Cerveza
Se la toma después de realizar la ch’alla junto a la comida. Tienen que tomarla todos los asistentes. También se la derrama en forma de chorro. Cuanto más espumante, mejor augurio.

Comida
Se acostumbra comer en abundancia. El puchero, el zonzo, el asado de chancho, el saice son algunos platos tradicionales por regiones. En el campo, el aptapi es el aporte de toda la comunidad.

Q’OWA

La Q’owa es un ritual, y parte de la tradición andina y  milenaria de Bolivia, que en la actualidad se la practica en los valles y el oriente boliviano. Los elementos de la preparación, dependiendo del caso, tienen  una serie de hierbas y elementos específicos, que son significativos. El significado puede variar en cada caso, pero el fondo principal de la q’owa es el de presentar una ofrenda que sea agradable a los espíritus milenarios que rigen estas costumbres, principalmente a laPachamama (Madre Tierra). Dicha ofrenda tiene como fin recibir la protección y bendición de las divinidades. Es un proceso de reciprocidad: nosotros damos alimento a la Pachamama, mientras que ella nos protege y ayuda con la familia, el amor, el trabajo y los negocios. El día ideal para realizar la q’owa es el primer viernes de cada mes, al igual que el martes de carnaval; pero se puede ver el ritual todos los viernes, en las casas, negocios desde cafés hasta empresas constructoras. Aunque mucha gente diga que no cree en las tradiciones andinas, la gente que realiza la q’owa se ha incrementado en los últimos años, tal vez para no dejar de lado una posibilidad más de suerte en el trabajo o los negocios.


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Ciudadanía se alista a adquirir insumos para el martes de ch’alla

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Cientos de orureños se aprestan a vivir el tradicional martes de ch’alla, para agradecer a la madre tierra por sus bienes que serán adornados con serpentinas, mixtura, globos y flores sus casas, además de cohetillos con la esperanza de que estos bienes sean de mucha utilidad y duren bastantes años, para ello los comerciantes ya ofrecen una variedad de productos.Como todos los años, orureños y bolivianos en general, dan gracias a la madre tierra, por los bienes que tienen, además de adornarlos y echarles con alcohol o refresco, mixtura, confites, azúcar, flores y otros para que duren o les vaya bien, según explican las comerciantes además también se vende “mesas” dulces o blanca para rendir este tributo.”Aunque las tradiciones año tras año se van perdiendo, en el carnaval la gente todavía acostumbra celebrar como antes comprando diferentes productos, por ello nosotros, preparamos los confites, la mixtura, serpentina y otros, pero lo más adquirido son las flores”, afirmo la vendedora, Dora Soria.En los diferentes centros de abasto de la ciudad, se expenden confites cuyo costo de la libra es de 6 y 7 bolivianos, de diferentes colores sobresaliendo el blanco y el fucsia, que según cuentan las vendedoras es para atraer la salud y el amor en el hogar.Las serpentinas alcanzan un costo entre 130 y 140 bolivianos, la bolsa que contiene 130 unidades de serpentina.La libra de mixtura se oferta a 24 bolivianos, en esta época se utiliza mixtura de todo color. A esto se incrementan los adornos de plástico que se ponen en ventanas, techos y paredes de las casas, o simplemente sobre los autos y otros objetos que se quiera ch’allar.

El momento de la ch’alla debe ser a las 12:00 horas, y la familia entera al son de música carnavalera echa la mezcla de mixtura, confites y algunos pétalos de flores con azúcar a las esquinas de la casa y los techos asimismo el refresco, vino o alcohol para que todo el año la propiedad esté bendecida y protegida, lo mismo se hace con los otros bienes además de adornarlos con globos, serpentina y algunos arreglos de flores, y es muy común escuchar, a esa hora de cada martes de ch’alla el reventar de cohetillos y petardos.

COMIDA

La tradición de la ch’alla, también señala que se debe cocinar un plato especial para la Madre tierra o Pachamama, siendo el producto más cotizado por la población la carne de cordero y llama, otros prefieren la carne de cerdo o pollo, se acostumbra a asar estas carnes en horno o en parrilla, acompañado de papa, camote, oca, choclo, ensalada y plátano de freír.

 


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El Jacha Anata de Huatajata

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El Jacha Anata de Huatajata visibiliza más la presencia de las mujeres aymaras en las bandas folklóricas
Periódico Digital PIEB •  Platillera Carnaval Periódico Digital PIEBDurante la fiesta del Jacha Anata o Carnaval Andino, es en el municipio de Huatajata situado a orillas del Lago Titicaca, donde más se visibiliza la presencia femenina aymara en las bandas musicales folklóricas, afirma el investigador Clemente Mamani.El comunicador social señala al Periódico Digital PIEB, que las bandas folklóricas musicales que tocan el día miércoles de cenizas en Huatajata, tienen una gran presencia de mujeres jóvenes aymaras. “A diferencia de las bandas citadinas que están conformadas por los clanes familiares; es decir, la tía la llama a la sobrina, a la hija a ser parte de la banda. En cambio, en el área rural las bandas son más comunales”, afirma.Mamani afirma que el hecho que las mujeres andinas se incorporen a las bandas folklóricas, es visto desde la visión rural como algo natural, es el chacha warmi, entendido como el proceso de complementariedad entre hombre y mujer, es el caminar juntos, “por tanto es un tema de género, no es mal visto, y en este proceso de cambio, la incorporación de las mujeres en diferentes ámbitos se da de manera paulatina”.Según el investigador del estudio: Las mujeres aymaras en bandas musicales folklóricas de La Paz, existe evidencia que en las costumbres ancestrales, era el hombre quien tocaba los instrumentos musicales andinos, y la mujer la que acompañaba con sus cantos, pero hoy en día, es ella quien también participa con la interpretación instrumental.Con la incorporación efectiva de la odontóloga, Ana María Álvarez como la primera platillera de la banda Pagador del carnaval de Oruro -hace 17 años-, se impulsó la participación y mayor visibilización de la mujer en la denominada “música de bronce”, señala Mamani. Su influencia motivó a bandas no solo de ese departamento, sino también de La Paz y El Alto a una mayor inclusión femenina a un rubro que antes era solo de varones.Sin embargo, el comunicador reconoce que a pesar de algunos esfuerzos por crear institutos y/o centros especializados para capacitar a las mujeres en el manejo de los instrumentos de bandas, estos no duraron, y terminaron siendo ellas las que se incorporen por cuenta propia a las comparsas, para aprender sobre todo a tocar platillos y trombones.“Más lo hacen por hobby que por profesión; eso les permite canchearse (ganar) unos 150 bolivianos por presentación, pero eso requiere que vayan bien uniformadas y deben estar en permanentes ensayos. Hay comparsas que siempre las van a requerir porque necesitan de la presencia femenina”, afirma.

A nivel urbano, dice que la fiesta grande de la Virgen del Carmen, patrona de la ciudad de El Alto –que se celebra el 16 de julio- muestra cada vez, mayor participación de femenina en las bandas, sobre todo, de mujeres bachilleres de origen aymara.

Contacto: clemeandeslaruta@yahoo.es

http://pieb.com.bo/sipieb_notas.php?idn=7742

© Los artículos difundidos por el Periódico Digital PIEB
pueden ser reproducidos total o parcialmente, citando la fuente.

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Un cielo encapotado despide al pepino y Carnaval paceño

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Adiós Hubo 2 entierros del pepino, en San Francisco y Cementerio

“Pero volveré al año, volveré”, sentenció el tradicional pepino chorizo durante el entierro simbólico que ayer puso fin al Carnaval paceño. Mientras las viudas lloraban la despedida, un pícaro ch’uta respondió al personaje: “Yo cuidaré de tus cholitas y de tus 500 mil bebés”.

Al cortejo fúnebre, en la plaza Mayor de San Francisco, llegaron unas 1.000 personas que tuvieron que soportar más de dos horas de lluvia, que cayó cual lágrimas de viuda. Pero los paraguas e impermeables se dejaron de lado cuando los grupos musicales tocaron las canciones de despedida.

Picarescas e improvisadas coreografías de mujeres con trajes antiguos y de pepinos sobresalían en medio de cuecas, huayños y bailecitos que la orquesta Recuerdos Vivo y los infaltables Los Olvidados tocaban rememorando antiguas estudiantinas que alegraban el Carnaval de los años 30 y 40.

“Qué viva el Carnaval”, indicó el oficial mayor de Culturas de la Alcaldía paceña, Wálter Gómez, organizador de esta representación. “Despedimos esta fiesta, pero la vida es un Carnaval y hay que saber vivirla, no hay que llorar”, ovacionó por su parte Arianet López, la cholita paceña.

Al concluir la retreta, las viudas, representado por el sector femenino de Los Olvidados, rodearon el ataúd del pepino, que era cargado por otros personajes, y se alejaron hasta desaparecer por la calle Figueroa. “No, no te vayas pepino, tantas wawas (bebés) me has dejado”, lloraba una de ellas. Ch’utas. Esta despedida también se vivió en la zona del Cementerio, donde alrededor de 25 mil personas vestidas de ch’utas y pepinos, y acompañados de sus parejas, danzaron al ritmo de sus bandas hasta la noche. La vistosidad de sus trajes de colores vivos y coreografías fueron características de las 25 comparsas que danzaron por la avenida Baptista.

Javier Escalier, presidente de la Asociación de Comparsas del Carnaval de La Paz, indicó que a la fiesta se sumaron bailarines de las comunidades de Coro Coro, Caquiaviri, Viacha, Sica Sica y otras. “Además están presentes de distintas zonas de la ciudad, cada comparsa está compuesta por unas 1.000 personas”.

Ch’utas Súper Papis Bronco Amigo y sus Lindas Mamis 0 km, Farsantes de La Paz, Cariñositos de la Garcilaso de la Vega, Elegantes Ch’utas Choleros de La Paz y sus Lindas Bellezas de Tipo Holandesas, Alegrísimos Ch’utas Coquetos y sus Lindas Joyitas de 24 klts. (quilates)”, fueron algunos de los nombres que identificaban a las comparsas que desde las 11.00 bailaron desde la plaza Garita de Lima, recorrieron la avenida Baptista y Kollasuyo, y descansaron en la cancha El Tejar.

La asociación de comparsas también realizó otro acto simbólico del entierro del pepino en esta zona. Los ch’utas sostenían el ataúd y daban giros bailando en cadena por la Baptista acompañados por las viudas hasta perderse en el Cementerio.

“Ya se acaba el Carnaval, pero no-sotros seguiremos danzando a pesar de que llueva”, indicó Dora Cahua, bailarina de la comparsa Los Ch’utas y Pepinos y sus Cholitas Misk’i Chuymas (corazones dulces). “La lluvia es una bendición y el ch’uta se quedará en el corazón de los paceños”, dijo Escalier.

Segunda vez en francisco

músicaEn la retreta de San Francisco  se recordó temas compuestos por  Gilberto Rojas, Alberto Arteaga, Justo Jaldín y Julio Martínez. Ésta fue la segunda versión consecutiva del entierro del pepino realizada en esta plaza.

En Oruro,  el Carnaval se prolonga hasta el 20

Ayer hubo entradas infantil y de la zona Sur, que inicia su diversiónJuan Mejía

Oruro, en domingo de tentaciones vivió una fiesta infantil con la entrada del corso 2013, y una fiesta de comparsas, unas que bailaron para despedir el Carnaval y otras para dar inicio al Carnaval del Sur, que durará hasta el miércoles.

El corso infantil 2013 fue una muestra del ingenio de los padres de familia para disfrazar a sus hijos con atuendos originales, como el disfraz de un lagarto hecho con maples pintado de verde y con mensajes a favor del medio ambiente, de una salida al mar para Bolivia y otros. La fiesta culminó con el desfile de carros con alegorías a las culturas del mundo.

En la tarde, aproximadamente unas cuatro comparsas se trasladaron a las zonas Este, Norte y Sur para celebrar la fiesta de tentaciones y despedir el Carnaval en el sector de los arenales, el sapo, la víbora, el cóndor y otros sitios tradicionales. Los grupos entraron a la ciudad pasada las 19.00.

Pero la fiesta más relevante fue la entrada de unas 12 comparsas en la zona Sur, que recorrieron toda la avenida España bailando en parejas al compás de trotes ejecutados por las bandas de música. Así se dio inicio al Carnaval del Sur, que durará hasta el miércoles.

Según Cristino Ontoja Moya, un antiguo sureño, esta fiesta nació en la calle Pagador y Tomás Frías en 1968 con la participación de dos comparas: Santa Bárbara y Los Brillantes, en 1975 se trasladó al sector del zoológico y desde 1983 a la avenida Abaroa.

La Razón / Micaela Villa – La Paz

00:59 / 18 de febrero de 2013


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Carnaval cruceño, nace, lo sepultan, no muere

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Las cuatro esquinas de la plaza 24 de Septiembre se llenan, una semana antes del Carnaval, de comparseros y ciudadanos de a pie para dar inicio a la fiesta con la lectura de los bandos. Son “versos generalmente picantes, y obscenos en ocasiones”, como explicaba el poeta Emilio Finot en un artículo sobre esta fiesta durante el siglo XIX, publicado en 1970 en la revista Abriendo surcos.El viajero francés Alcide D’Orbigny se refirió ya a esos bandos en la plaza, al mencionar que en 1831, “por la noche, se remonta a caballo y se va cantar canciones de circunstancias a la puerta de algunos personajes excepcionales”. Y el historiador Nino Gandarilla, en su libro 400 años de Carnaval cruceño, va más atrás en pos de las huellas de Cañoto, quien componía y luego cantaba coplas montado a caballo para burlarse del gobernador. Ese Cañoto era José Manuel Baca, guitarrista, poeta y músico que fue uno de los héroes de la Independencia a principios del siglo XIX.Así como había bandos particulares, también existía el bando oficial de la fiesta: el Correo del Carnaval. Un supuesto emisario del rey Momo, la autoridad festiva, llegaba a caballo hasta la plaza para leer las normas que regirían durante 11 días.Finot publicó algunos artículos de un bando del siglo XIX, por ejemplo éste:Las doncellas, si las hay, serán siempre respetadas; pero si hay algún apuro, se pondrán de barricadasSiete días antes de la Fiesta Grande, hoy sigue celebrándose la costumbre de iniciar los festejos con los bandos. Los que, dados los tiempos que corren, tienen que cuidarse de no atentar contra derechos de mujeres y otros grupos que solían ser blanco fácil del humor irreverente del Carnaval (tal cual pasa con las coplas) y que hoy no se admiten ni a título de broma.Otro ritual que se cumple en Santa Cruz es el del entierro del Carnaval. La ceremonia ha ido variando con el tiempo y es distinta según el grupo que lo practica, así lo hacen notar la historiadora Paula Peña, el investigador y pintor Carlos Cibrián y el costumbrista Waldo Peña.

Este último señala, refiriéndose a la ciudad, que en Domingo de Tentación, día del Carnavalito, las comparsas se reúnen en un espacio al aire libre, normalmente una quinta suburbana, para despedir la fiesta. Se cocina un churrasco o vaquilla, hay una bandeada (baile con banda) y para el final se reserva el entierro de un muñeco que se señala como representante de la fiesta.

El mismo Peña, que en tanto compositor ha aportado con 40 temas en ritmos cambas como el brincao, explica que ha documentado la costumbre también en el área rural. En los valles, como Vallegrande, por ejemplo, uno de los fiesteros es elegido para representar al Carnaval.

Un cortejo fúnebre que en medio del llanto fingido no logra esconder las risas, carga al hombre y lo pasea por la plaza con música de banda pero de aires tristes.

Cibrián dice que lo del entierro está documentado desde el siglo XIX y que se hacía en Martes de Carnaval. Algo que todavía se da en los barrios y en los pueblos. Lo del domingo, en la ciudad, es relativamente nuevo, sostiene, como lo es la presencia de los comparseros.

Paula Peña refuerza la idea de la variedad. Cita el caso de los pueblos de Chiquitos, los cuales ingresan en martes carnavalero a las respectivas iglesias de las antiguas misiones. Las autoridades del Cabildo indígena toman el púlpito, del que desaparece el cura, y encabezan el rito llamado “Hasta el año Carnaval”.

Que en la conciencia de los fiesteros está que nada bueno es para siempre lo demuestra la canción creada sobre versos de Zoilo Saavedra & Arturo Pinckert:

Cuando muera el Carnaval yo con él quiero morir y que lloren las peladas de todingo Santa Cruz (…) En el alma camba nunca muere el Carnaval, pa’ los cruceños la vida es un Carnaval

Aldo Peña y Cibrián recuerdan un antiguo tema, al ritmo del cual se despedía la fiesta, y que “las nuevas generaciones ignoran”, a decir del pintor. Se trata del Amamay atatay, olvidado y reemplazado por otras costumbres que van caracterizando a una fiesta que crece como crece la propia Santa Cruz. “La entrada oficial es una más entre muchas expresiones que se viven en barrios urbanos como Plan Tres Mil, Ciudadela, Primero de Mayo, los que tienen su propia entrada, su propia reina. Y están las manifestaciones de otras ciudades, de los pueblos… El Carnaval se vive en toda Bolivia y en cada lugar con sus propias características”, concluye Paula Peña.

Por tal razón, la reciente declaratoria de Carnaval de Santa Cruz como Patrimonio Cultural boliviano —título que fue entregado por el presidente Evo Morales el martes en la capital departamental—  “abarca todas las formas de expresarse y ojalá no solamente a la entrada que se vive el sábado en el centro de la ciudad”.

A tono con los versos de Saavedra y Pinckert, Aldo Peña cree que la fiesta no tiene un desentierro, pues en verdad sólo duerme. Y para reafirmarlo, canta:

Pero a nuestro Carnaval nunca lo van a enterrar, porque el camba nació pa’ bailar pa’ cantar taquirari  y pa’ enamorar

Los entierros en el Viejo Mundo

La práctica del entierro de la fiesta de la carne es europea. En España, el llanto por el fin de un periodo de libre albedrío tuvo que convertirse, por el inicio de la Cuaresma católica, en un tiempo para reflexionar y retomar la vida mesurada. Cada pueblo entierra a su manera e incluso en días distintos: Martes de Carnaval o Miércoles de Ceniza. Una costumbre difundida es la del Entierro de la Sardina, rito en el que un cortejo fúnebre fingido pasea una sardina gigante —normalmente de cartón— para finalmente quemarla. ¡Y a esperar la próxima!

El Pepino, símbolo mestizo de La Paz

En La Paz, el desentierro y el entierro del Pepino son momentos clave del Carnaval. Comparsas de ch’utas dejan salir al pícaro personaje, apropiación criolla del Pierrot. Y, en Domingo de Tentación, arman un cortejo al que se suman viudas llorosas y músicos como los de antaño (con concertinas e instrumentos nativos) para llevarlo al Cementerio General. La costumbre coincide con las creencias andinas prehispánicas de que ha terminado el tiempo en que los seres del mundo de abajo (llegados en noviembre) estuvieron entre los vivos. Así que, espantados con ruidos fuertes (petardos, hoy en día), deben retomar su misión de garantizar buenas cosechas.


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Te invitamos a disfrutar de la magia del Carnaval Boliviano

Culinaria de Carnaval

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Una celebración que combina las costumbres ancestrales propias de cada región, departamento, ciudad y comunidades rurales del país, con algunas tradiciones europeas traídas durante la epoca colonial. La diversidad ecologica del país crea opciones culinarias carnavaleras que varían de acuerdo a la geografía y cultura de cada región.

Los carnavales preludian la Cuaresma. Pero antes de pasar a esas semanas de privación, la sociedad se sume en días de festejo en los que la gastronomía es de todo menos escasa. Esta fiesta se remonta siglos atrás. Se trata de una fiesta de origen cristiano que se celebra antes de que comience la Cuaresma. Los cuarenta días antes de la Pascua de Resurrección, los cristianos debían preparar su cuerpo y su mente para recibir a Cristo en base a abstinencia en su quehacer diario y, por supuesto, en la gastronomía. Esta época de privación también incluía la prohibición de comer carne los viernes.

Por ello, antes de someterse a esta escasa alimentación y rígida forma de vida, los ciudadanos necesitaban un periodo de liberación, de fiesta y de poder disfrutar de los placeres culinarios.

Hoy en día permanece la costumbre de la comida en familia, que se respeta a pesar del incremento acelerado del ritmo de algunas de nuestras ciudades.

En casi todos los rincones del país se celebran los carnavales y con ellos, se disfruta de platos y recetas singulares.

Algo típico de la gastronomÍa de esta fiesta es la abundancia de deliciosas recetas pasadas de generación en generación


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Imponente Carnaval Boliviano

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Muchos son los calificativos para el Carnaval en Bolivia. Grandioso, majestuoso, soberbio, maravilloso son algunos de los términos con que los testigos de esta fiesta generalizada manifiestan su impresión de una celebración que combina las costumbres ancestrales propias de cada región, departamento, ciudad y comunidad rural del país, con tradiciones europeas traídas durante la colonia.

La diversidad de opciones carnavaleras varía de acuerdo a la geografía y culturas de cada región. El carnaval andino se caracteriza por los rituales a la Pachamama y su manifestación es más autóctona que en los valles y en el sur, donde destacan el juego con agua y la elección de reinas. Si desea alejarse de la ciudad para estos carnavales sin dejar de lado el baile, la música de moda y la mojazón, puede participar en algunas celebraciones del interior de Potosí, Santa Cruz, Chuquisaca y Cochabamba; pero si busca algo más autóctono, con rituales y ofrendas a la Pachamama, su destino está en pueblos de La Paz y Oruro.

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La brillante riqueza folklórica boliviana, celebra los Carnavales con un ávido interés festivo, al extremo de anticipar las fiestas del calendario casi con dos meses o más, en los que esta celebración cobra creciente entusiasmo y alegría, diferenciándose esta festividad en el lado oriental por su algarabía y alta expresividad, con la del sector occidental del país, donde los entusiasmos no son tan exagerados, sino más bien cargados de una ritualidad, inscrita fuertemente en el pensamiento mágico.

 

Carnaval de Oruro

Declarado por la UNESCO, como Patrimonio Oral e intangible de la Humanidad, el “Fastuoso Carnaval de Oruro” se caracteriza por mostrar una vasta riqueza folklórica, que combina la danza y la música con la devoción a la Virgen del Socavón.

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Esta expresión folklórica aglutina la mayor muestra existente en toda Bolivia, con danzas como la Diablada, Morenada, Caporales, Tinkus, Llameradas, Sicuris, Incas, Antawaras, Tobas, Waca Wacas, Kullawadas, Pujllay y otras, cuyos integrantes, además de orureños, llegan desde todas las regiones del país, principalmente de La Paz y Cochabamba, así como desde el exterior, con el fin de expresar mediante la danza, su fe y devoción.

El Primer ensayo o “Convite”, conocido como “la Promesa” a la Virgen comienza a principios de Noviembre y sirve para abrir el Carnaval y formular un compromiso para bailar tres años consecutivos. Esta promesa se refrendará en el último “Convite”, que se realiza una semana antes del Domingo de Carnaval.

 

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Después de muchos años coincide la Fiesta en Honor a la Virgen de la Candelaria, (Virgen del Socavón) del día Sábado 2 de Febrero, coincide con el Sábado de Carnaval, que es cuando se realiza la Fastuosa Entrada de Carnaval, donde resalta el lujo y espectacularidad de más de 50 fraternidades. La fiesta se extiende hasta las primeras horas del día Domingo. Ese día se realiza “El Alba” o saludo a la Virgen por parte de los danzarines que, amenizados por sus bandas y reunidas las fraternidades en el Socavón, contrapuntean con acordes de las distintas danzas, mostrando la destreza y dominio de los instrumentos y la riqueza musical boliviana.

 

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En estas fechas Oruro recibe a más de 500.000 turistas nacionales y extranjeros y el movimiento que generará este flujo turístico asciende a cerca de 8 millones de dólares en cuatro días, (fuente Viceministerio de Cultura) beneficiando al comercio, transporte, turismo, artesanos bordadores y músicos del país.

El Carnaval de Oruro es una magnífica demostración del sincretismo religioso-pagano, manifestación de cultura viva y expresión folklórica de Bolivia, en la que participan jóvenes y viejos, sin distinción de clases sociales y colores políticos. La fuerte devoción religiosa convierte sus danzas en arte popular vivo.

Carnaval de Santa Cruz

Refleja el espíritu alegre del pueblo cruceño. Comienza un mes antes con las fiestas “precarnavaleras” en las que participan todas las comparsas juveniles encabezadas por su Reina. Una semana antes del carnaval se lleva a cabo el minicorso en el cual se realiza la proclamación de la soberana anual del Carnaval.

A partir del atardecer del sábado y hasta el amanecer del domingo de carnaval tiene lugar el deslumbrante Corso en el que salen a bailar por las calles alrededor de 300 comparsas. Las mismas recorren las calles de la ciudad al ritmo de bandas y “tamborita”. En el recorrido, el visitante admira un marco desbordante de lujo y colorido en hermosas fantasías, impresionantes carros alegóricos que transportan a las reinas y también percibe el intento por rescatar los motivos regionales y el respeto al medio ambiente.

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El espectáculo adquiere su máxima fastuosidad cuando ingresa la reina del carnaval cruceño con toda su corte constituida por los integrantes de la comparsa coronadora. En estas fiestas la mujer es la principal protagonista pues, al estar completamente disfrazada, hace de las suyas escogiendo pareja, coqueteando e invitando a bailar a los varones que asisten a dichas fiestas.

 

 

El público podrá apreciar que la entrada de los grupos está dividida en tres bloques folklóricos: regional, nacional e internacional. También participan de esta fiesta conjuntos típicos, entre los que destacan los de la Chiquitanía que entran acompañados de tamboristas al son de chovenas (ritmo oriental).

El frenesí continua el domingo, lunes y martes, días en que la población baila y se divierte en las calles céntricas de la ciudad jugando con agua, pintura y espumas, viviendo momentos de total alegría.

 

Carnaval de Tarabuco (Chuquisaca)

Festividad que manifiesta la virilidad de sus habitantes en la música, danza, colorido y canto. Tiene su origen en la epopeya del 12 de marzo de 1816, protagonizada por los guerreros indígenas que enfrentaron y derrotaron al ejército español realista de los “verdes” (el nombre se debe al color de sus uniformes) que les duplicaba en número.

La sátira al conquistador español se pone de manifiesto en detalles de la indumentaria que utilizan los bailarines en esta oportunidad: grandes espuelas y montera imitando el yelmo español.

 

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El Phujllay (significa juego) comienza con la celebración de la misa en quechua, continua con la entrada de grupos de bailarines a la plaza y la elección de la ñusta o virgen de la ceremonia ritual de la “pucara” -símbolo mágico y religioso-.

Terminada la danza ritual y luego de beber chicha y degustar platos de comida típica picante, los campesinos montan sus caballos y a los gritos de “Viva el Phujllay!” se alejan en busca de otras ofrendas folklóricas a la madre naturaleza, que consisten en alimentos (carnes, frutas, hortalizas, bebidas, panes) adornados con flores y plantas en un armazón en torno al cual se desarrolla la danza y la música.

Esta fiesta, que se lleva a cabo el segundo domingo de marzo, impresiona al visitante por la fuerza, colorido y belleza de la manifestación ancestral.

Carnaval de Tarija

La fiesta comienza con un mes de anticipación, con recorridos de comparsas y banda por las calles.

Faltando dos semanas para el carnaval, el día jueves hombres y mujeres transitan las calles de la ciudad con hermosas tortas adornadas con fruta de la temporada, dulces, flores, queso, etc.; todo esto en una gran canasta con globos y serpentinas. Se trata de la fiesta de “Comadres y Compadres”. El que recibe el presente se convierte en compadre o comadre y se compromete a acompañar en las buenas y en las malas a su nuevo pariente espiritual. Por las noches las mujeres de Tarija salen a la plaza a bailar con sus tortas. Las comparsas tienen la costumbre de llevar a la plaza al diablo enjaulado, donde es liberado con lo que se da por iniciada la fiesta.

Tarija es famosa por la belleza de sus mujeres. Entre ellas se realiza la elección de la Reina de Carnaval. Los habitantes organizan el Corso Infantil y el Corso de Mayores, el cual está lleno de colorido y alegría y se ve complementado con el Concurso Folklórico Campesino de Música y Baile. Posteriormente comienza el gran baile popular en la plaza principal en el que participan comparsas, pueblo y visitantes. Es interesante ir a los pueblos porque cada uno presenta sus manifestaciones folklóricas.

A comienzos de cuaresma, se entierra al diablo en una fiesta especial, evento único en que los tarijeños usan máscara; ésta es elaborada con cuernos de oveja, chivo o vaca imitando al diablo. Mientras un hombre abre el paso para el diablo, detrás va la “negra santera” pintando la cara de los curiosos con hollín. A ellos les sigue el diablo con los grupos carnavaleros.

Carnaval de La Paz

El Carnaval de La Paz se caracteriza por su variedad y colorido y por las distintas presentaciones que tienen lugar esos días de alegría. Comienza el Sábado de Carnaval con el Corso Infantil, para continuar el Domingo con la Farándula, donde se presentan gran cantidad de Comparsas principalmente de “Pepinos” —su personaje principal—, de orígenes mestizos, que desde el anonimato le pone el sello de la alegría en toda la época carnavalera. En las farándulas paceñas, participan distintas comparsas llenando de color y alegría las calles.

El “Pepino” (personaje que representa una sátira del arlequín español), quien con su mixtura, serpentina, harina y al son de sus alegres cascabeles inunda el ambiente carnavalero de algarabía; cubierto su rostro por el anonimato, toma por sorpresa al público al que moja, golpea suavemente con su “chorizo” (especie de garrote hecho de tela y relleno de esponja) invitando a bailar.

El día Lunes se realiza desde horas de la mañana el Jisk’a Anata (Juego pequeño, en aymara), donde participan agrupaciones folklóricas y grupos autóctonos de música y danza. El Martes está dedicado al encuentro con lo mítico y ritual, se realiza la tradicional “Ch’alla”, que es el agradecimiento por lo recibido de la Madre Tierra “Pachamama”, para el buen augurio en el año.

Al siguiente Domingo, tiene lugar la centenaria “Entrada de Domingo de Tentación” y el entierro del Pepino. A manera de cortejo fúnebre, el cuerpo del Pepino es llevado en hombros hasta ser depositado en el Cementerio General, de acuerdo a la costumbre. La música tradicional del Carnaval paceño, combina la música de Ch’uta o huayño suave, con estudiantinas y tarqueadas, que son propias de la estación.

El “Chuta” es gran animador de la fiesta quien, a diferencia del pepino solitario, se mueve al ritmo de las bandas de música acompañado siempre de sus dos mujeres (representando a la que dejó en el campo y a la que encontró en la ciudad). Lleva máscara de alambre milimetrado prensado en moldes de cobre y bronce, pintadas las mejillas rosadas y los ojos celestes. La ropa es la del antiguo pongo y “lluchu” (gorro) colorido.

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Pepinos del Carnaval Paceño.

El “Kusillo” es otro personaje que el visitante tiene que observar con atención: en su imitación del arlequín español, los aymaras representan a este bufón con un traje y careta confeccionados de paño de varios colores.

Junto a ellos se presentan otros grupos de disfrazados que dan rienda suelta a la imaginación y diversión con trajes de héroes y personalidades de la política nacional. En el Jisq’a Anata, fiesta en la que se conmemora la llegada de los primeros productos de la cosecha o de la producción agrícola andina, se baila la danza de los Qhanchwiris, acompañada de pinquillos, con ritmos de la tierra. Participan conjuntos como Kullawada, Morenada, Caporales, Sicuris, Saya Afroboliviana, Chutas, Moceñada y otros del folklore paceño y boliviano.

Fuente: Educa Bolivia


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Miercoles de Ceniza

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Después del feriado del Martes de Carnaval se conmemora el  Miércoles de Ceniza, a partir de ahí se cuentan los 40 días de preparación para la Pascua. Durante este tiempo, el pueblo de Israel estuvo en el desierto sufriendo, al igual que Jesús, y nosotros estamos preparándonos para la resurrección.

Los cuarenta días concluirán el Jueves Santo  cuando se realice la celebración simbólica de la última cena y la eucaristía. Asimismo, algunas iglesias dramatizarán la entrada de Jesucristo a Jerusalén el Domingo de Ramos

¿Qué debe hacer el mundo católico?
Los católicos, de 18 a 60 años, deben ayunar el miércoles y el viernes, porque carnavales significa el fin de la carne y el fortalecimiento de la espiritualidad.

El padre Antonio Chocarro de la comunidad misiones claretianos, explico que “hoy miércoles es el día que comienza la cuaresma, que son cuarenta días que la iglesia invita a tener como preparación para celebrar dignamente la pascua, que tiene una connotación de cuarenta días, empezando del diluvio purificador de la tierra”.

Después del miércoles de ceniza, se celebra el domingo de tentaciones. Representa a Jesús viviendo en el desierto con hambre y sed, además de todas las dificultades que una persona experimenta durante un ayuno.

“Jesús nos enseña esto para mostrarnos que es necesario mortificar nuestro cuerpo, el cuerpo nunca se cansa de buscar sus satisfacciones, los ojos no se cansan de ver, la gula es incontrolable, la sexualidad desordenada.Todo esto manifiesta que el hombre es víctima de su cuerpo, por eso el ayuno ayuda a controlar y mortificar para purificar al hombre de sus pecados y acercarlo a Dios”, comenta.

http://aclo.org.bo/bolivia/


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Sucre recupera en su Carnaval de antaño a la Chola y al “aljeri

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Sucre revivirá sus tradiciones añejas este sábado con la caravana de damas antiguas. Se repondrán la figura del “cargador” y la guerra con agua perfumada.

Sucre recupera en su Carnaval de antaño a la Chola y al “aljeri”

Leny Chuquimia / La Paz
Este sábado, la ciudad de Sucre revivirá tradiciones añejas en su Carnaval de Antaño. Al ritmo de las estudiantinas, la Chola chuquisaqueña y el aljeri (cargador) serán los protagonistas de la fiesta en la que los niños retomarán la tradición del “chauchi” para recibir monedas de chocolate .
“Este sábado, vamos a tener la entrada del Carnaval de Antaño en Sucre,  con la que vamos a recuperar todas las tradiciones del Carnaval no sólo de Chuquisaca sino también de otros departamentos que ya han confirmado su participación. La Paz y Potosí van a estar mostrándonos su danza, música y costumbres”, señaló la secretaria edil de Desarrollo Humano y Social de Sucre, María Cristina Martínez, ayer en la presentación del festejo.
La autoridad explicó que en esta versión del Carnaval de Antaño se resaltará la imagen de la Chola chuquisaqueña para evitar que se pierda el donaire de personaje típico. Una caravana de carrozas, damas antiguas y otros personajes partirá el sábado a las 9:00 desde el palacete del Greo hasta la Plaza Central.
“Otro de los personajes que queremos recuperar es el quepiri o aljeri que era el encargado de llevar  todos los insumos carnavaleros, desde trajes hasta  bebidas. “Ellos acompañaban a los comparseros a las casas de las madrinas llevando en la espalda dos canastas con sándwiches de palta, confites,  licores de tumbo y leche de tigre, que son parte de nuestra la tradición culinaria”, relató Martínez.
No faltará la tradicional cueca chuquisaqueña y los  huayños interpretados por estudiantinas. También habrá grupos de sikuris compuestos  por jóvenes.
Agua perfumada y  “chauchis”
“Queremos recuperar la forma en que jóvenes y niños  jugaban con agua perfumada en épocas antiguas al paso de las carrozas.  Gritaban ‘chauchis, chauchis’ y desde éstas se arrojaban monedas de corte bajo”, contó la edil.
Martínez relató que para el Carnaval los jóvenes preparaban cascarones de huevo, vaciando el contenido cuidadosamente  a través de un orificio, para llenarlos  de agua perfumada y sellarlos. “Para mojar a las doncellas  se situaban cerca y reventaban en su propia mano estos cascarones  con respeto y galantería sin la rudeza que hoy vemos”, expresó.
Este año se recuperará el  “chauchis”   y repartirán monedas doradas de chocolate. “El Carnaval no era sólo de los jóvenes sino también de los niños por eso queremos que todos regalen y reciben monedas”, aseveró

http://www.paginasiete.bo/sociedad/2015/2/5/sucre-recupera-carnaval-antano-chola-aljeri-46309.html


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La tradicional ch’alla despide el carnaval

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Apenas comienza a amanecer, el tronar de cuetillos y petardos retumban los cuatro extremos del país. El Martes de Ch’alla ha llegado a ricos, pobres, de oriente y occidente, agradecen a la Pachamama por lo recibido.

Casas, negocios, vehículos y otros bienes son adornados con coloridas serpentinas, globos y banderines, los confites, también de colores, son mezclados con flores y frutas en las ofrendas a la Madre Tierra.

Hay variadas creencias sobre la representación de la ch’alla que dependen de la tradición y el legado familiar. Hay quienes cuentan que hasta antes de las 12.00 del martes los achachilas (espíritus ancestrales) están con la boca abierta esperando que los alimentemos y según cómo se les dé, recibiremos lo ofrendado.

Desde las primeras horas del día, las personas festejan esta fecha con el adornado de sus viviendas con globos, banderines, serpentinas, además de poner en cada esquina de los inmuebles pétalos de flores, con nueces pintadas de color dorado y plateado, frutas picadas y confites, acompañados del tradicional alcohol, vino y cerveza. Por último hacen reventar los cohetillos, que según las costumbres, sirven para ahuyentar a los malos espíritus.

De acuerdo con una de las Q’oeras de la calle de las Brujas en La Paz, el alcohol se utiliza para dar de beber a la Pachamama y para que reciba las ofrendas. Las nueces doradas representan el oro que está en sus entrañas. El brillo de las lentejuelas simbolizan el dinero con el que queremos que nos bendiga, confites y las frutas que le damos representarían su dulzura.

Las conocedoras en el tema explican que antes se utilizaba la mixtura pero que no es recomdable, pues es papel y se lo lleva el viento. “Debe ser algo que esté inerte, que se quede, por eso se sugiere flores y golosinas para que no se esfume como el papel”, refiere la consultada.

También se acostumbra a ofrendar ‘mesas’ de ritual andino (sahumerio) con diversos elementos y simbología, pero sobre todo con mucha fe para la Pachamama, consistente en adornar con dulces, incienso, lanas, hojas de coca, plantas disecadas y objetos que representan a la salud, dinero, trabajo y bienestar. Estas ‘mesas’, una vez preparadas, se las incinera como alimento para que la Madre Tierra traiga bendiciones y prosperidad a las familias.

SÍMBOLOS

Según las conocedoras en el tema, la serpentina es un elemento decorativo que se usa para dar más volumen a la ch’alla.

Según las costumbres, las flores (principalmente las retamas) son de buen augurio y eliminan elementos negativos de la casa.

En tanto, los pétalos de hortensia y pompones sirven para rociar en cada esquina de la vivienda.

Los confites son pequeños dulces de colores que, según la tradición, alimentan a la Pachamama. Se echan en la tierra y en el techo de los inmuebles.

Otro rito es esparcir en cada esquina de la casa habas, quinua, arvejas, choclo, nueces y trigo, entre otros cereales, para que se multiplique el dinero y comida.

La utilización de banderines es para que la casa tenga una vestimenta multicolor. Antes eran de papel de seda, en la actualidad de nylon.

Reventar cohetillos es una costumbre occidental ya arraigada y sirve para llamar a la gente a unirse a la ch’alla carnavalera.

Se ponen globos en las cuatro esquinas del tejado y el resto de la casa. Se dice que esta costumbre llama la abundancia.

El vino calma la sed de la Pachamama. Unos dicen que tiene que ser de uva pura sin ninguna mezcla. Otros usan vino de indio, que es un preparado de tintes. El alcohol se usa al final de la ch’alla, cuando la Pachamama recibió las muestras de agradecimiento y para pedir el permiso para el festejo posterior.

La cerveza se la toma después de realizar la ch’alla. La tradición dice que todos los asistentes deben tomar cerveza. Cuanto más espumante, mejor augurio.

http://www.eldiario.net/noticias/2015/2015_02/nt150217/cultural.php?n=39&-la-tradicional-ch-alla-despide-el-carnaval


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Origen del Carnaval de Antaño de Oruro

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Cargamento de oro milenario y acémila ingresando por la Avenida Cívica

Todos o quienes se encargan de hacer estudios sobre el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, siempre hacen referencia a su origen, en relación a leyendas y mitos, los principales y conocidos son: La Mitología del Carnaval de Oruro, El Nina Nina y El Chiru Chiru.

El término de las tres historias desembocan en que los mineros y el pueblo Uru, determinan vestirse de diablos, para escenificar el sometimiento de mal al bien, o en retribución al milagro de vida dado por la Ñusta al pueblo de los Urus, por haberlos salvado de las cuatro plagas enviadas por Huari, el semidios andino.

Es que a partir de ese momento, los sentimientos de los habitantes de esta región hacen que confluyan en un solo fin, la devoción a la madre de los mineros, la Patrona de los orureños, la Virgen del Socavón.

Aspectos que desde ningún punto de vista los deliberaremos, pero, queremos retrotraernos al Carnaval de Antaño de Oruro. Si bien no podemos precisar la fecha de su inicio, porque no existe un dato fidedigno al respecto, sólo podemos afirmar y con certeza que el Carnaval de Oruro tiene más de dos siglos de vigencia, si tomamos como punto de partida la aparición de la Virgen del Socavón en 1789, con las leyendas del Chiru Chiru y el Nina Nina.

Ese hecho corroborado por Manuel Vargas, quien en su nota escrita: “Oruro desfile de Tradiciones” y publicada en la revista Etnofolk de 1992 señala que el Carnaval se inició en 1789, con el culto a la Virgen del Socavón. De esta época datan dos tradiciones parecidas, lo que mencionamos antes, las leyendas del Chiru Chiru y el Nina Nina.

Se cree que a raíz de esos milagros, y después de casi un siglo de ellos, en 1881 se construyó el Santuario de la Virgen del Socavón. Porque antes era sólo una pequeña parroquia al pie del cerro Pie de Gallo, donde los devotos se reunían para rendirle pleitesía a la Virgen de la Candelaria, que estaba pintada en un lienzo y cuyo fresco data de la segunda mitad del siglo XVI.

En el Libro de Oro de las Crónicas del Santuario se lee: “Década 80 del siglo XIX. El presbítero Francisco Cárdenas promueve la construcción de una capilla más amplia entre los años 1881 – 1882. El presidente de la República, general Narciso Campero ayuda (?) en su construcción”.

Una construcción que resultó ardua, pero felizmente que culminó el ingeniero Julio Pinkas, quien fue traído desde el Brasil por el presidente de la República, Aniceto Arce, para que se hiciera cargo de varias obras importantes”, según se publicó en el artículo “Construcción del Santuario” escrito por fray Alfonso Masignani Ballico, en su libro: “La Historia del Santuario Virgen del Socavón”.

Pero, su origen puede ir mucho más antes, si tomamos en cuenta la Mitología del Carnaval de Oruro, con la aparición de las cuatro plagas al pueblo de los Urus y cuyos vestigios de tan maravilloso relato aún son evidentes en la ciudad de Oruro, al observar los restos de las cuatro plagas; la víbora, el lagarto, el sapo y las hormigas que un día invadieron este territorio, convertidas por la Ñusta en roca y arena.

Obviamente, el proceso para que llegue a consolidarse en la majestuosidad, como hoy conocemos al Carnaval de Oruro, fueron de muchos, pero muchos años.

Al margen del aspecto religioso, también tiene que ver aquí lo místico y lo andino, los rituales y otros aspectos espirituales, pero que no lo son todo. Es una simbiosis de lo religioso con lo pagano. Cultura más rica que no se la ve en ninguna otra parte del mundo, con estas características.

Queremos compartir el criterio de Edwin Guzmán Ortiz, quien en el artículo “El Carnaval Recóndito” que escribió para la revista “Etnofolk” del Comité Departamental de Etnografía y Folklore en 1992, establece:

“Si el Carnaval no es exclusivamente lo andino, sino enfáticamente además lo mestizo, eso que aludimos con el epíteto de “popular” cobra de pronto gran importancia. Además de la memoria larga del Carnaval, cuyas circunstancias se remontan a la colonia e incluso al periodo precolombino, la memoria corta forjada a principios de siglo (XX) nos proporciona un filón riquísimo de referencias que tienen que ver mucho con la identidad original de esta fiesta”.

Guzmán asegura que el Carnaval de Oruro tiene un origen social humilde y por ese factor es “grandioso” y “majestuoso”. Son los mineros y los gremios quienes se encargan de recrear a través de la danza su tránsito por la historia y la cultura.

“Los gremios de matarifes, veleros, cocanis y otros núcleos populares, a partir de la devoción hacia la Virgen del Socavón, cumplen la peregrinación en una entrada al Santuario desde las minas (San José e Itos) y pueblos aledaños como Machacamarca; este acto festivo devocional, es lo que se conoce como la “Entrada del Socavón”. Una fiesta popular colmada de fe”, dice Guzmán.

Sin embargo, a un principio los denominados “k’aras” o personas de la alta alcurnia, rechazaban esta manifestación cultural, prueba más clara de ello, son las publicaciones que aparecen en periódicos de la época, en la que se niega el ingreso de la Entrada por la Plaza 10 de Febrero, por una ordenanza municipal de los años 20 del pasado siglo. Por el contrario, en los medios impresos se criticaba el desorden y el paganismo de los “indios”.

Lo que se puede recuperar de esa época son fotografías que muestran cómo eran los trajes de los danzarines de antaño, que pese a la pobreza reinante, sus hábiles talentos en la confección de los trajes, dignificaban su devoción a la Patrona de los mineros.

“Sin bandas (de música), al son de aerófonos andinos hacían su peregrinación hacia la Virgen del Socavón, mientras en otros escenarios, los “havillés” y las noches venecianas del carnaval de la oligarquía se desbordaba en medio de champagne, coupletistas, vestidas de madame Adrianne y aedas perfumados en los salones del Edén y el Palais Concert. Obreros, mutualistas, artesanos, cholos libertarios y unas cuantas mujeres, jamás pudieron imaginar que su fervor al cabo de unos años, sería conocido en todo el mundo”, afirmó Guzmán.

Es por eso, y rescatando siempre los enunciados de Guzmán que hoy cuando vemos el lujo, la belleza de los artesanos plasmados en sus obras de arte, y el crecimiento que tuvo la Obra Maestra, no queremos recordar cuál fue el origen de tan grandiosa manifestación.

Mientras que Juan Carlos Paz, en su artículo “El Carnaval de Oruro” de la Revista Etnofolk de 1992, tras una entrevista realizada al danzarín de la Diablada Auténtica y conocido como el “decano de los diablos de Oruro”, Camilo Paz Díaz, enfatiza que los mineros fueron los primeros que le rindieron pleitesía la Virgen Morena del Socavón.

“El origen de esta festividad religiosa, arranca del temor que sienten los mineros dentro de la mina. Allí nace el respeto a la Pachamama (madre tierra) y el miedo a los accidentes que se producen en las labores mineras, el minero busca protección de la Patrona: La Virgen del Socavón”.

Paz afirma que los mineros fueron creadores de la entrada del Sábado de Peregrinación. Para ganarse los favores de “Supay” (diablo) se disfrazan queriendo representarlo, bajo la dirección del jefe. Luzbel (príncipe de las tinieblas). Mientras que el baile de la diablada, sería la danza de la redención, para llegar hasta los pies de la “Ñusta”, transformada en la Virgen del Socavón.

“De esto nace la entrada del sábado de Carnaval (antes denominada de esa manera, ya que a la fecha se estableció como la Entrada del Sábado de Peregrinación, por ser el motivo central de la fiesta devocional dedicada a la Virgen del Socavón) con comparsas de jóvenes entusiastas, que con el tiempo se agranda, la alegría crece en el pueblo, muestra interés de participar formando nuevas comparsas que contraigan entusiasmo creciente”, relata Paz.

En forma ya organizada, se forman varias instituciones folklóricas desde 1904, no cabe duda que una de ellas, sea la Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro (25 de noviembre de 1904).

Luego se organizan otros conjuntos como la Morenada Zona Norte, la Morenada del Sur, Los Negritos llamados en ese entonces como Tundiquis, “Los 12 pares de Francia”, que era un grupo que llegaba de Chuquicamata, frontera Chile – Bolivia, bailan en pareja, el varón vestía una camisa blanca con la manga doblada a tres cuartas, zapatilla y un pantalón negro corriente. El ritmo que ejecutaban era al estilo del vals. La mujer tenía un vestido largo y una túnica que le cubría desde la cabeza, quedando descubiertos sólo los ojos.

También se crearon los Tobas, la Llamerada, los Cullaguas, los Sicuris y otros.

ENTRADA

Cuando esta manifestación ya era aceptada por la burguesía y clases dominantes, la entrada de antaño era corta y recorría sólo algunas calles antes de ingresar al Santuario de la Virgen del Socavón.

Paz relata: “Los danzarines no uniformaban los pasos, después del domingo un diablo bailaba acompañado de una China, la cueca “Chaupinpi Misq’iyoj” (cueca mezclada con diablada); primero la cueca al pasar la primera de ésta, se introducía la diablada y luego se bailaba la “segundita” de la cueca hasta terminar)”.

Al retorno de la casa del pasante se bailaba en la Prefectura, allí se hacía una demostración de la coreografía de la diablada, como el ovillo, el relato y la estrella. Luego el prefecto invitaba a los danzantes, salteñas con cerveza. Luego los diablos bajaban bailando por la calle Bolívar, se iban a la casa del pasante, donde eran bien atendidos.

Más tarde, la Entrada del Sábado de Peregrinación fue creciendo y se desarrolló ya por la Avenida 6 de Octubre, como prueba de ello existe la letra de una diablada que dice “Por la 6 de Octubre, por la calle principal, todos a bailar, todos a cantar…”.

Para una mejor organización se derivó a la calle Pagador y con el paso del tiempo y después de varios experimentos, al fin se estableció el ingreso por la Avenida del Folklore, conocida también como la Avenida 6 de Agosto.


Diablos de Oruro de 1910
LA PATRIA, Carnaval de Oruro
  • El motivo: La fe a la Virgen del Socavón
  •  Se dice que su origen se remonta a 1789 con la aparición de la Virgen del Socavón en la Villa San Felipe de Austria
  • Por: Dehymar Antezana – Periodista

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Carnaval en Bolivia

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Carnaval en Potosi

El Carnaval comienza dos semanas antes, con la realización del Carnaval minero, cuando desde su imponente cerro “Sumaj Orcko”, los mineros bailan rumbo a la ciudad. También tienen lugar las Entradas de comparsas, el juego con agua y las fiestas privadas.

Al margen de la Farándula dedicada a los niños por la mañana y la Entrada de Carnaval en horas de la tarde del, lo central en los Carnavales de Potosí, está en los sectores rurales, donde tiene lugar la manifestación tradicional del agradecimiento a la Madre Tierra. En Cotagaita, Tupiza y Uyuni, la fiesta contiene elementos autóctonos de la celebración, pero también ha incorporado al sonido de las tarq’as y bombos, Comparsas y agrupaciones folklóricas, cuyos nombre han pasado a ser parte inseparable de los festejos, al tener más de cincuenta años de vida. La comida típica: chambergos tawa-tawas, sopaipillas y confites, además de la atención al visitante son sus aspectos más característicos.

Carnaval en Pando

Lo pintoresco del Carnaval pandino es la realización del Corso, el Sábado 18 de Febrero, abunda el juego con agua y las fiestas privadas, con una característica influencia cruceña, así como un poco de brasilera en su música. A pesar de ello la fiesta alcanza su máxima expresión cuando se procede a coronar a su Reina.

El Domingo de Tentación,  se tira al río Acre, un muñeco vestido de diablo.

Carnaval del Beni

El Corso de Carnaval y el ingreso de los Comparseros a la Plaza principal de Trinidad  es el atractivo principal, además del juego con agua.

Los benianos bailan en Carnaval al ritmo de taquiraris y chovenas, por las noches por el intenso calor veraniego, acompañan su festejo con chicha camba.

http://www.carnavaldebolivia.com/bolivia.php


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Puchero cochabambino

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Esta sopa, que es una mezcla de sabores, contiene tres tipos de carnes: pollo, res y cordero, además de frutas como el durazno, manzana y pera, adicionando también verduras: zanahoria, papa, nabo, pimiento morrón, perejil y, si se desea, choclo. De esta forma el Puchero resulta un delicioso plato agridulce.

Para 10 personas

Ingredientes:

  • 1 Kilo de carne de res
  • 1 costilla de cordero
  • 1 pollo troceado
  • 1/2 kilo de garbanzos (remojados 24 hrs. antes)
  • 10 papas medianas peladas
  • 10 zanahorias pequeñas
  • 10 nabos pequeños
  • 10 peritas verdes
  • 10 manzanitas verdes criollas (si desea puede añadir plátano verde o duraznos)
  • 3 cebollas
  • 1 morrón
  • ½ taza de perejil picado
  • 1 tallo de apio
  • 1 tallo de hierbabuena
  • 3 dientes de ajo molido
  • 1 cucharilla de comino
  • 3 cebollas blancas
  • 2 tomates pelados
  • 1 morrón
  • 1 taza de ají amarillo molido y cocido
  • 5 cucharas de aceite
  • Sal a gusto

Preparación

  1. En una olla grande hacer hervir 3 a 4 litros de agua colocar la carne de res (bien lavada), junto a los garbanzos, cocinar durante 2 horas.
  2. Lavar y quitar los nervios a la carne de cordero, echar a la olla y hervir 1 hora más.
  3. Añadir las presas de pollo, las cebollas cortadas largo, igual el morrón, picar la hierbabuena y el apio, añadir los ajos, cominos, sal a gusto, las papas peladas, las peritas y manzanas con cáscara.
  4. Cocinar 30 minutos más (el total de tiempo de cocción en la olla grande es de 3 horas y media, añadir agua hirviendo a gusto).
  5. Preparar la chorrellana en una sartén o perol en aceite caliente. Freír las cebollas largas, morrón igual, tomate picado, sal a gusto, y finalmente el ají amarillo molido precocido.
  6. Cocinar de 10 a 15 minutos.

Servir la sopa con perejil en platos hondos grandes con una presa de pecho de res, una presa de cordero, un muslito de pollo, zanahoria, nabos, perita, manzana, rociar con garbanzos y encima de todo, la chorrillana.

http://cochabambabolivia.net/puchero


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El puchero cochabamabino, lo más saboreado en carnaval

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TRADICIONAL. El preparado cochabambino añade el arroz q’eta. - Redaccion central La Prensa

TRADICIONAL. El preparado cochabambino añade el arroz q’eta. – Redaccion central La Prensa

La delicia cochabambina es el plato favorito durante los días de festejo carnavalero.

Si se habla de gastronomía carnavalera, el puchero es uno de los platos que se prefieren a la hora de servirse sobre la mesa. La preparación cochabambina consiste en una sopa con tres tipos de carnes, en la cual además se incluyen verduras y frutas, lo que la convierte en un potaje con varios sabores.
Variedad de sabores. Es común que el preparado de la sopa incluya tres tipos de carnes: de pollo, res y cordero, además de frutas, como el durazno, manzana y pera, y verduras, como la zanahoria, papa, nabo, pimiento morrón, perejil y, si se desea, choclo.
En el caso del puchero cochabambino, las hojas de repollo resaltan en el platillo juntamente con el arroz q’eta que viene acompañado con garbanzos. Finalmente, este preparado está acompañado con papas cocidas.
En general, el puchero se caracteriza por su contraste de sabores salados, dulces y picantes en el paladar.
Según cuentan las cocineras de los mercados populares, “el puchero sólo se come una vez al año, y la elaboración y la mezcla de los ingredientes se complementan con el calor del verano, los juegos con agua, los disfraces y los bailes”. Por lo que se acostumbra comerlo mayormente en las fiestas del Carnaval.

140 concursantes hubo en la Feria del Puchero que se realizó en Cochabamba hace cuatro días.

3  horas es el tiempo de cocción de las carnes y media hora el del resto de ingredientes.

El platillo de la diversidad. A decir del escritor Carmelo Corzón, el puchero no sólo mezcla carnes, verduras y frutas, sino sabores que podrían significar la diversidad de razas y culturas que están unidas en Bolivia. Sin embargo, identifica a ingredientes comunes a las carnes de chancho, vaca, cordero, pollo, pescado y conejo, y éstas estarían acompañadas por ensaladas, zarzas, papas, tuntas, cayas, ocas, duraznos, manzanas, uvas, lujmas y peras.

NUTRITIVO Y DELICIOSO

Al ser preparado con verduras y frutas, el puchero es un concentrado de varios sabores. La siguiente es una receta de La Paz.

 Ingredientes
1 kg de carne de res (pecho)
1 espalda de cordero
10 muslitos de pollo
10 papas medianas peladas
10 zanahorias pequeñas
10 nabos pequeños
10 peritas verdes
10 manzanas verdes criollas
3 cebollas
1 pimiento morrón
Repollo, perejil, apio y ajo
 Preparación. En una olla grande, hacer cocer la carne de res durante dos horas. Añadir la carne de cordero, los muslitos de pollo y el repollo, las cebollas y el pimiento morrón cortados a lo largo. Poner ajo, comino, sal, papas peladas, peras, zanahorias y manzanas. Cocinar 30 minutos más. Servir con perejil picado. Si se desea, acompañar con choclos.

http://www.laprensa.com.bo/diario/entretendencias/estilo-de-vida/20130207/el-puchero-lo-mas-saboreado-en-carnaval_43154_69271.html


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Historia del Pepino en Carnavales de Bolivia

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Pepinos, entre máscaras, chorizos y chauchitas (La Razón)
Muchos rostros tiene el personaje más importante del carnaval paceño. Se barajan muchas teorías sobre su origen, pero su historia se continúa tejiendo en los talleres de artesanos.Miguel Vargas S.
Fotos: Tony Suárez, Archivo Foto Cordero / Nicolás Quinteros

Agudísima pone la voz; de tiple, de pipiripi. Aunque el paso de los años le heredó un profundo dolor de espaldas, no puede dejarlo; es un vicio. Cada domingo de carnaval porta un ´chorizo´ —arma contundente ensamblada con medias nylon y rellena de arena— para enfrentarse a la entrada. Detrás de la careta se siente otro. Reparte golpes, lo mojan y se venga con harina y mixtura. ¿Cuánto cuesta ser un joven de 54 años? para el profesor Andrés Aramayo Cayo sólo se necesita vestir un traje y una máscara de pepino.Misterioso origen el de este personaje. Hijo mestizo del pierrot francés, el arlequín y el kusillo —un espíritu juguetón andino que se lleva las semillas durante la siembra—, el fiestero del carnaval paceño remonta su origen al siglo XIX.El historiador Ismael Sotomayor relata en sus Añejerías paceñas las carnestolendas de la época republicana, con la organización de las primeras mascaradas de las élites paceñas y las coplas populares en que la gente se burlaba de las autoridades. Hay rastros de arlequines y bufones, pero del pepino, ni un comentario.El investigador Gonzalo Íñiguez dice que el pepino es un personaje propio de la comedia del arte español que llegó de la mano del teatro del siglo XVIII a Bolivia. Tenía un bonete con tres cuernos, cabellera de cuero de oveja y dientes de vidrio. José De Mesa habla de un personaje surgido a principios del siglo XIX como el arlequín de circos europeos. Otros historiadores recuerdan como su más remoto antecesor al Pierrot de Croce. También está la figura de un clown uruguayo, el Pepino 88, quien en las dos últimas décadas del siglo XIX animó a la Argentina.

Es posible que el nombre genérico del personaje paceño provenga precisamente de este artista, Pepino Podestá, un trapecista que devino en payaso y conformó un repertorio de canciones, letras y chistes vinculados a la actualidad de esa época. Además de sus habilidades de músico, Pepino 88 tenía un espectáculo interactivo en el que dialogaba con su público.

La hipótesis es que con la llegada de un circo argentino o uruguayo, la figura de uno de los clowns —si es que no era el mismísimo Pepino Podestá— quedó fijada en la memoria de los paceños, que lo replicaron a partir de esa fecha. No por nada, el traje de Podestá tiene similitudes con el que aparece en las fotos del archivo Cordero.

Para el antropólogo David Mendoza, el pepino surge como una copia del bufón o el pierrot que se lucía en las fiestas de la clase alta. Pero con el tiempo, la figura fue apropiada por los paceños, adoptando características peculiares.

Alegrías del siglo **
Las memorias de Julio Cordero Benavides no se confunden con un apoyo tan contundente como el del archivo fotográfico iniciado por su abuelo, Julio Cordero. A sus 68 años, recuerda perfectamente sus aventuras como pepino.

La fotografía más antigua que tiene data de 1909 y muestra a este personaje con un traje ancho y careta. El sombrero era en forma de cono y los fiesteros acompañaban sus pasos con las mandolinas.

´El domingo era la entrada para todo el pueblo. El personaje principal era el pepino. En esa época no se mojaba. El pepino tenía una careta feliz o triste y una bolsa llena de mixtura, serpentina y monedas. Los niños les gritábamos \’¡Pepino, chorizo, sin calzón!\’ y él nos sonaba con el chorizo. Luego decíamos, \’¡chauchita, chauchita!\’ y entonces nos lanzaba monedas´.

Así se celebraba en las décadas de los años 40 y 50. La gente jugaba con agua de colonia en botellas de vidrio que llegaban de España y Francia. Después apareció un rociador en envase de goma, pues aún no existía el plástico. La serpentina y la mixtura cubrían todo. No habían globos ni chisguetes.

El lunes, las comparsas visitaban las casas de sus madrinas. En la clase alta se elegía una reina y su mandato se celebraba en grandes bailes en el Teatro Municipal, el Hotel Torino, el Club de La Paz, el Bancario o el Ferroviario. La Alcaldía organizaba las mascaradas.

El martes era la ch\’alla y el miércoles de Ceniza se dedicaba al día de campo. Allí, los comparseros bailaban con las estudiantinas. El viernes de Tentación empezaba la despedida del Carnaval, pues el sábado se realizaba el Entierro del Pepino en la plaza Garita de Lima. ´Se hacía un ataúd de cartón viejo y ahí se ponía al muñeco… en realidad no se lo enterraba, se lo deshacía… las viudas aparecieron años después´, recuerda Cordero.

Julio también fue un alegre pepino. Su tía Luisa le cosía el traje, usaba zapatos viejos y peluca de lana. El traje del pepino tenía sólo un color y la careta era de cartón con engrudo. Luego apareció la máscara de tres cuernos y de yeso.

Los trajes se compraban en la esquina Sagárnaga e Illampu por 10 ó 15 pesos de la época. ´Como no te pueden reconocer, te acercas a las personas conocidas y a alguna chica bonita para halagarla, mojarla con agua de colonia, hacerle tragar un poco de mixtura y adornarla con serpentina. Bailar se siente bonito; hay que chillar, cantar, es pura alegría. Es lindo bailar en ronda sin saber con quiénes´.

En la década de los 60 apareció el juego con agua y la “matasuegra”, arma golpeadora fabricada de cartón prensado. ´Cuánto ha cambiado el rostro del pepino paceño´, se lamenta Julio. Pero existe un artesano que busca recuperarlos.

El hacedor de rostros
Desde que recuerda, sus abuelos trabajaban con yeso. Alejandro Paz Castillo tiene 48 años y un taller en que fabrica caretas de tela para pepinos. También tiene otras de yeso, como las que se usaron a mediados del siglo ** para evitar el daño del juego con agua.

Desde los 10 años, Paz trabaja en ese taller. Allí vio cómo se perdía en el tiempo la máscara de tres cuernos. ´Estos pepinos los ´romperajas´ han vuelto después de mucho tiempo, el modelo es el tradicional. Estaba a punto de desaparecer hasta que los matarifes regresaron con estas máscaras que han empezado a gustar a la gente´, explica Alejandro.

El proceso es en base al fuste de fieltro, que se moldea a mano cuando está húmedo. Al fuste seco se le pasa una capa de yeso (sisado) y se hace el acople entre cara y cabeza. Este yeso se prepara como si fuese una especie de arcilla que incluye yeso, harina blanca, cola, tiza molida y azúcar. Las proporciones son su secreto. Una vez terminado, prepara una masa que sirve para dar relieve y aumentar detalles según la creatividad del artesano. Cada modelo es único.

La máscara de tres cuernos se vende a 100 bolivianos y la de tela —fabricada con tocuyo y engrudo que se adhiere a una tela que luego es pintada— cuesta a 10.

Para esta fiesta, el tiempo le alcanza para hacer unas 50 máscaras de yeso y 500 de tela. Empezó el trabajo en noviembre y acabará a tiempo para la entrada.

Son cuatro hermanos los que trabajan en el taller. Paz no tiene hijos. ´Hay gente que viene a aprender, pero se escapa, porque es mucho trabajo. Estamos de 8.30 a 23.00´, explica Alejandro, a quien no le preocupa mucho el no tener descendencia, pues su hermano menor está llevando sus conocimientos al plano formal estudiando en la Carrera de Artes.

Eso sí, trabajo no faltará en el taller de la calle Reyes Cardona. Al menos eso cree Javier Escalier —presidente de la Asociación de Comparsas, Ch\’utas y Pepinos del Carnaval Paceño— pues la planificación para estos carnavales no sólo incluyen la elección del Pepino 2006, sino el desentierro, festejo y posterior sepultura del personaje paceño, que cada año que pasa, recupera la sonrisa de esos rostros de antaño.


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Cuchi Asao de Yotala

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Comida de Carnaval Yotala, Sucre. Cuchi asao: Asado de cerdo al horno con mote de maíz, ají  colorado y su pan. Que se lo come acompañado con jugo tumbo o durazno o chicha yotaleña y de postre la fruta de la época como higos, durazno, uva, higo y helado de leche.

En Yotala, las tradiciones coloniales aún perviven; un ejemplo es el juego con cáscara de huevo o de alguna fruta que se llena con agua perfumada con cedrón y romero, que se arroja a los que pasean por la calle. Otra tradición es la recolección de flores silvestres que adornan los festejos.

  • Ingredientes
  • 1 lechón aproximadamente de entre 3 a 4,5 Kg
  • 2 limones
  • Adobo :
  • 1 taza de vinagre
  • ½ taza de aceite
  • 1 cucharada de ajo tostado molido
  • 1 cucharada de tomillo picado
  • ½ taza de perejil picado finamente
  • 1 taza de ají molido
  • 2 cucharaditas de comino en polvo
  • 2 cucharaditas de orégano
  • pimienta y sal a gusto

Preparacion

Paso 1: Limpiar el lechón  y frotar bien con los limones. Mezclar todos los ingredientes del adobo y aplicar sobre el lechón, se debe dejar reposar para que se impregne bien de sabor durante toda una noche.

Paso 2: Colocar en una lata de horno para su cocción, previamente cortar las articulaciones de manos y patas para evitar la contracción durante la cocción, rociar bien el lechón con su propio jugo adobado y acomodar con el cuero hacia abajo. Hornear durante una hora, luego girar el lechón y dorar bien el cuero, hasta que quede crocante, más o menos son dos horas y media a 180 grados.

Paso 3: Retirar, cortar y servir bañado en el fondo de cocción. Se sirve con mote de maíz y ají colorado.

Nuestras Comidas

Jordán de, Nelly

Edición privada. 8ª Edición, La Paz. Bolivia. 1994


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